martes, 25 de septiembre de 2012

In Fusión

¿Me permites tomarte de la mano mientras te miro, mi amor?
Contarte de mí, de nosotros, de lo que somos y de lo que será.
Hablar con las manos, y sentirte la tez...
Mientras pasan los segundos y la lluvia se vuelve miel,
 me riegas, rocío, con gotas a propel.
Bébeme entonces, cual si fuese café.
Y elévate a lo alto donde siempre hay fe,
donde no somos nadie, donde no hay qué temer,
allí donde nace el color de tu piel.

Dení Araoz

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Bacteria


Trato de tomar ese camino
para ver si tropiezo contigo.
Camino sola o acompañada,
según sea mi destino.

A veces figuras entre la multitud
como si irradiaras color púrpura;
otras veces tu luz se disipa,
perdiendo su encanto, volviéndose impura.

Róbame un suspiro al pasar a tu lado;
aunque te ruego, mi cielo, seas disimulado.
Si con solo pensarte termino atolondrada,
imagina, mi vida, con una mirada.

Tu voz figura una esfera azul
dentro de un frasco de cristal,
adornado con lazos de fino tul;
sobre una repisa, junto a un vitral.

Y corre libérrimo tu encanto,
sin vergüenza ni ataduras…
no se esconde bajo un manto.

Se desprende tu alma de ese cuerpo;
surgen sonidos agudos del viento.
Mi pupila refleja
el color gris de tu pensamiento.

Con estas letras te hago partícipe
del anhelo de mis sentidos:
mis manos sudan con sólo oírte
y se descuadran mis latidos.
  
Brindabas a mi sangre
el color rojo ardiente,
y a mi voz el tono
liviano y paciente.

Marcaste el ritmo de mi andar,
cambiaste mi boca y manera de hablar.
Gustos y modos quise cambiar
para como tú poder actuar.

Absorbiste mi alegría
cual agujero negro;
deshiciste mi armonía;
más, ya no me alegro.

Cada grito de júbilo
se transformó en desesperación;
quedaba un fino hilo
entre el odio y la pasión.

De mi pared escurrían
gotas de verdes lágrimas;
tal ves mis sentidos me mentían,
tal vez no me amabas más…

A pesar de todo lo que en mí provocas,
cuando me abrazas, cuando me tocas,
ya he enterrado mis fantasías locas.

La lluvia borró de mis labios
el sabor de tus besos. 
Puedo morder una manzana,
sin recordarte a ti.
Despierto en la mañana,
Vuelo y grito - ¡ya volví!-

No me faltan los abrazos
cálidos como los tuyos.
No me sobran las mentiras
que me tenían bajo yugos.

Se ha anulado mi obsesión tormentosa
por la ira y el sufrimiento;
aunque aún amo tu sonrisa amistosa
y tus dulces sentimientos.

Con tal de verte…
caminaré por ahí todos los días,
hasta que me sangren los pies.

Aunque duela,
aunque sufra,
aunque flote,
aunque imagine…

Dení Cabo
Orizaba, Veracruz
México.


No, mi amor, no te escribiré más;
no mereces las letras,

ni las manos en las que están.



Dení Cabo
5/9/12