sábado, 29 de julio de 2017

Carta a mi mejor amigo 1.30.7.19

Me siento muy triste de que no estés aquí, de que no pueda pedirte que nos veamos o simplemente caminar a tu casa, porque ahora vivimos en lugares distintos.

Llevo un par de vidas sintiéndome así pero en esta no estás a mi lado, ni eres ninguno de los que han vivido con este cargo.

Hoy quisiera contártelo todo, desde el origen de mis males hasta sus repercusiones más recientes, porque esta vez no conoces todos los detalles, es más, esta vez no sabes nada.

Hoy quisiera que me escucharas y me abrazaras, sabiendo que eso es lo que más me reconforta.

Incluso disfrutaría de que limpiaras mi llanto con tu ropa... Prometo que, por esta única ocasión, no sentiría que te estoy traicionando por dejar que otro tú enjugue mi llanto. Hasta a eso estaría dispuesta con tal de tomar tu mano y verme en los ojos que siempre serán los más hermosos que alguna vez haya visto.

Y te ando buscando en todos lados, ando buscando darte vida donde no la hay.
¿Por qué justo ahora no quieres nacer?
¿Te has cansado ya de solo verme caer?

Debo confesarte que me pone un poco ansiosa el no poder llorar sobre tu pecho, porque, por el momento, ni siquiera existes.

Pero me estoy resignando un poco a solo escribirte, con la esperanza de que algún día me puedas leer y, de repente, en las manos de alguien a quien puedo nunca conocer, nazcas y vivas, para siempre.
Tal vez.

Dení Araoz
29/julio/17